La fascinación por la camisa blanca interpretada como un lienzo en blanco, como un desafío de creatividad que impone la necesidad de trascender los recursos cotidianos de la moda para reinventarse con el virtuosismo de cortes y experimentaciones de formas y volúmenes, es el espíritu que da vida a colecciones cápsulas que se renuevan con el pausado ritmo del consumo ético.